Los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa temen que el homicidio de Julio César Mondragón quede impune, toda vez que se estableció que murió por un traumatismo craneoencefálico y no por un tiro de gracia.
Previo a su reunión con la procuradora general de la República, Arely Gómez, el representante de los familiares de los estudiantes, Vidulfo Rosales, explicó los 22 policías municipales detenidos por la muerte de Mondragón Fontes podrían quedar en libertad pues se les imputó el disparo de un arma de fuego.
“Hoy queda acreditado que Julio César no murió por arma de fuego, sino por traumatismo craneoencefálico, y eso prácticamente estaría dejando en libertad a esos policías y en la impunidad el caso”, expuso Rosales de acuerdo con el reporte de Reforma.
“Eso es lo que nosotros queremos resaltar, y por eso estamos pidiendo que el caso sea atraído hacía la PGR” (petición que también realizaron la CNDH y el Equipo Argentino de Antropología Forense en sus informes).
Tras acreditarse el asesinato del normalista, la Procuraduría General de Guerrero giró 22 órdenes de aprehensión en contra del mismo número de policías municipales de Iguala por haber dado positivo en la prueba de radiozonato de sodio (con la cual se puede saber si una persona detonó un arma de fuego).
mahy